Una nueva investigación ayuda a explicar por qué las personas se mueven más lentamente a medida que envejecen

02 Julio 2024 2036
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A medida que envejecemos, nuestros movimientos naturalmente tienden a ralentizarse. Una nueva investigación sugiere que esto puede deberse en parte a que a los adultos mayores les cuesta más energía moverse que a las personas más jóvenes.

Los científicos creen que estos hallazgos podrían ayudar a desarrollar nuevas herramientas de diagnóstico para enfermedades como el Parkinson y la esclerosis múltiple.

Investigadores de la Universidad de Colorado Boulder sugieren que el mayor costo energético del movimiento en los adultos mayores podría deberse a células musculares y estrategias de movimiento menos eficientes. Esta investigación fue publicada en The Journal of Neuroscience.

En el estudio, 84 participantes sanos, incluidos adultos más jóvenes (de 18 a 35 años) y adultos mayores (de 66 a 87 años), utilizaron un brazo robótico para alcanzar objetivos en una pantalla. El brazo robótico funcionaba como un ratón de computadora. Los adultos mayores modificaron sus movimientos en ciertos momentos para conservar energía, mientras que los participantes más jóvenes se movían de manera más eficiente.

El estudio también exploró el "circuito de recompensa" del cerebro, que produce menos dopamina a medida que envejecemos. Tanto los adultos jóvenes como los mayores obtuvieron mejores resultados cuando sabían que escucharían un sonido de "bing" como recompensa. Sin embargo, los adultos mayores comenzaron sus movimientos unos 17 milisegundos antes en promedio, mientras que los adultos más jóvenes simplemente movían sus brazos más rápido.

Los investigadores creen que estos conocimientos podrían conducir a nuevos diagnósticos de trastornos relacionados con el movimiento. Destacan la importancia de comprender por qué el movimiento se ralentiza con la edad y cómo afecta la calidad de vida. La desaceleración del movimiento puede afectar significativamente las actividades físicas y sociales, y comprender sus causas podría ayudar a identificar intervenciones para mitigar esta disminución.

Los hallazgos también plantean dudas sobre la conexión entre la velocidad del movimiento y los trastornos neurológicos. Condiciones como la depresión, que están relacionadas con los circuitos de recompensa del cerebro, también provocan movimientos más lentos. Esto sugiere que la velocidad del movimiento puede reflejar algo más que cambios en los circuitos musculares y cerebrales relacionados con el movimiento.

Los expertos coinciden en que fomentar el movimiento en los adultos mayores es crucial, a pesar del aumento del coste energético. El Dr. Clifford Segil, neurólogo, enfatiza el dicho: "Si no lo usas, lo perderás", destacando los múltiples beneficios para la salud de mantenerse activo.

Se necesitan más investigaciones para explorar cómo el cerebro que envejece se adapta a los desafíos del movimiento y verificar los hallazgos del estudio con evidencia neurológica directa. Comprender estas adaptaciones podría proporcionar información valiosa para mejorar la vida de los adultos mayores.


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